2023.08.04.26
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Asociación entre enfermedad periodontal y enfermedad de Alzheimer
Association between periodontal disease and Alzheimer's disease
Association between periodontal disease and Alzheimer's disease
Andrea Tamara García-Vásquez 1, Sandy Ruth Vidal-Chávez 2, Miriam
Anccasi-Zevallos 3, Gina Adaliz
Franco-Quispe 4, Donald
Ramos-Perfecto 5 y Manuel Antonio Mattos-Vela 6*
1 Facultad de
Odontología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima Perú; [email protected] .
2 Facultad de
Odontología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima Perú; [email protected].
3 Facultad de
Odontología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima Perú; [email protected] .
4 Facultad de
Odontología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima Perú; [email protected] .
5 Facultad de
Odontología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima Perú; [email protected] .
6 Facultad de
Odontología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima Perú; [email protected] .
* Correspondence: [email protected]; Tel.: +51 51990770787.
Available from: http://dx.doi.org/10.21931/RB/2023.08.04.26
RESUMEN
La periodontitis es una enfermedad crónica que genera
un deterioro progresivo de la salud periodontal y se caracteriza por
inflamación de la encía, sangrado, bolsa periodontal, movilidad dental, así
como la presencia de bacterias periodontopatógenas, como la Porphyromonas
gingivalis, Aggregatibacter actinomycetemcomitans, Fusobacterium
nucleatum, entre otras, agravan el estado cognitivo de estos pacientes y
según varios estudios apuntarían a una potencial relación con la enfermedad de
Alzheimer; enfermedad neurodegenerativa que se identifica por ocasionar
demencia, pérdida de la memoria y disfunción cognitiva; asociada a múltiples
factores de riesgo. Se confirmó la relación entre la enfermedad periodontal y
enfermedad de Alzheimer, donde la presencia de bacterias periodontopatógenas
agrava el estado cognitivo de los pacientes con este tipo de demencia.
Conclusión: existe una relación importante entre la enfermedad periodontal y el
Alzheimer, sustentado en estudios observacionales.
Palabras clave: Enfermedades periodontales, Enfermedad de
Alzheimer, Inflamación, Demencia.
ABSTRACT
Periodontitis is a chronic disease
that generates a progressive's periodontal health deteriore and characterized
by gum inflammation, bleeding, periodontal pocket, dental mobility, as well as
the presence of periodontal pathogenic bacteria, such as Porphyromonas
gingivalis, Aggregatibacter actinomycetemcomitans, Fusobacterium
nucleatum, among others, aggravates the cognitive status of the patients.
According to several studies, it would point to a potential relationship between
Alzheimer's disease, a neurodegenerative disease identified as causing
dementia, memory loss, and cognitive dysfunction, associated with multiple risk
factors. Review of the association between periodontal disease and Alzheimer's.
important literature on the subject was used, which complements the theoretical
framework of the review. the relationship was confirmed between periodontal
disease and Alzheimer's disease, where periodontal pathogenic bacteria's
presence aggravates the cognitive status of the patients with this type of
dementia. Conclusion: exists an important relationship between periodontal
disease and Alzheimer, based on previous research.
Keywords: Periodontal diseases, Alzheimer's disease; Inflammation, Dementia.
INTRODUCCIÓN
En la población de la tercera edad, se
puede identificar una mayor presencia de demencia y enfermedad de Alzheimer
(EA). Se estima que más de 113 millones de personas a nivel mundial tendrán EA
para el año 2050 1,2. Además, hay muy pocos estudios que evalúen las
implicaciones de la EA en la salud bucal. Sin embargo, los estudios han
determinado que la EA conduce a la pérdida del autocuidado; y en las últimas
etapas, puede llevar a la pérdida de función motora, como dificultades en la
higiene oral, lo que podría generar la enfermedad periodontal (EP)3.
La evidencia actual indica que las
afecciones crónicas inflamatorias aumentan el riesgo de EA lo que indicaría si
otras afecciones inflamatorias, como la periodontitis, pueden contribuir a la
prevalencia e incidencia de la EA4,5.
Por lo tanto, debido a la importancia de
este tema es necesario investigar la posible relación bidireccional entre EP y
EA.
La EA es una patología neurodegenerativa
altamente prevalente, incidente, con elevados índices de mortalidad y
morbilidad. Desracando su gran impacto en la salud pública debido a los costos
de atención, el impacto general en los cuidadores y la sociedad. La EP, después
de la caries dental, es la segunda más prevalente en la cavidad bucal. Estudios
han asociado a la microbiota oral de la EP con las alteraciones sistémicas que
aumentan el riesgo de EA. Se sabe que, la microbiota oral libera mediadores
inflamatorios que pueden causar neuroinflamación, cuando está presente de forma
arraigada tiene la capacidad de afectar células y su prevención basada en el
cuidado de la salud bucal es esencial para prevenir la disbiosis permanente. El
objetivo de esta revisión es actualizar los conocimientos sobre la relación
entre la EP y la progresión de la EA6-8.
Enfermedad periodontal
Disbiosis oral
La comunidad microbiana conocida como
“biofilm” es considerada un proceso dinámico que empieza al nacer y aumenta
considerablemente según la edad, las enfermedades de la boca se tornan más
comunes mientras estas alcanzan su estado de maduración. En el biofilm existen
dos tipos de colonizadores, los primarios o “pioneros” caracterizados por un
predominio de bacterias grampositivas y los secundarios caracterizados por el
predominio de bacterias gramnegativas encargados de formar una red de matriz de
EPS (Matriz de Exopolisacárido) para que las bacterias presentes puedan
reforzar su estructura antes de migrar a otras zonas ante la escasez de
nutrientes. Si bien en la mayor parte de
la cavidad oral predomina el Streptococcus, la microbiota oral varía según los
diferentes ecosistemas primarios de la cavidad bucal. En pacientes con EP la
prevalencia y el número de especies anaerobias aumentan. Se sabe que la cavidad
oral es famosa por la gran variedad de ecosistemas que posee con medios tanto
aerobios como anaerobios en estructuras como labios, lengua, carrillo,
amígdalas, paladar, entre ellas los surcos subgingivales9, los
cuales dependiendo de los factores como temperatura, pH, humedad y restos
alimenticios brindan las condiciones adecuadas para que la microbiota oral
presente pueda coexistir. A su vez, estas pueden estar influenciadas por
factores físicos y ambientales que alteran el equilibrio, teniendo en cuenta
que la coagregación y la cooperación metabólica son claves para su
supervivencia en cavidad oral10. Socransky elaboró un esquema que
clasifica a las bacterias en complejos bacterianos, y que, según su grado de patogenicidad, debido a
poseer suficientes factores de virulencia, pueden llevar a generar la disbiosis
el surco gingival, entre estos el complejo rojo es conocido por la presencia de
bacterias periodontopatógenas, causantes de la EP11. El aumento de
las enfermedades en boca como caries y EP se debe al desequilibrio de la
microbiota oral, provocado por un aumento en el número de especies microbianas
patógenas y para controlarlo es necesario mantener la integridad de la
microbiota oral residente. Si bien el sistema inmune cumple un rol de
regulación ante el desborde de la microbiota oral, jugando un papel importante
en el mantenimiento de la salud bucal9,10.
Bacterias periodontopatógenas
(BPP) e inflamación
La periodontitis es una enfermedad
inflamatoria crónica multifacotiral, siendo uno de los factores que más destaca,
la presencia de bacterias Gram negativas que habitan la zona subgingival del
periodonto (Figura 1). Entre las
descritas dentro del complejo rojo de la pirámide de Socransky se encuentran
Porphyromonas gingivalis, Aggregatibacter actinomycetemcomitans, Tannerella
forsythia, Treponema denticola, Prevotella intermedia Fusobacterium nucleatum11,12.
La adición constante de especies durante la sucesión microbiana conducirá a un
estado de inflamación gingival. A su vez, el aumento de la inflamación daría
lugar a un mayor crecimiento de especies colonizadoras11, que al saturarse
en el espacio subgingival atraviesan la BHE (barrera hematoencefálica), la cual
se vuelve más permeable a medida que las personas envejecen y pasan al torrente
sanguíneo, donde las BPP son capaces de liberar citoquinas de inflamación como
IL-1α, IL-1β, IL-6, (factor de necrosis tumoración α (TNF-α), metaloproteínas
(MMP) en el torrente sanguíneo. Estás interleuquinas (IL), son causantes de
fenómenos inflamatorios locales y sistémicos y han sido relacionadas con la
progresión de enfermedades crónicas como diabetes, cáncer gástrico,
periodontitis, enfermedades coronarias, EA, entre otras12,13. Los
estudios coinciden al sugerir que un estado de inflamación crónica podría
conducir a una neuroinflamación que afecta a las células nerviosas,
deteriorándolas, resultando en una enfermedad neurodegenerativa como es la EA12,13.

Figura 1. La enfermedad periodontal es un proceso infeccioso asociado
principalmente con la presencia del biofilm dental, donde las estructuras
afectadas son la encía, ligamento periodontal, hueso alveolar y cemento
radicular.
Enfermedad de Alzheimer
La EA es la principal causa de demencia a nivel
mundial, comprende entre un 60 y 70% de todos los casos14. Es un
tipo de demencia degenerativa irreversible, que afecta a la memoria, cognición,
comportamiento, capacidad de una persona para valerse por sí misma y realizar
actividades cotidianas15. Las consecuencias del deterioro cognitivo
y conductual a largo plazo podría incluso conducir a la muerte15.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), a nivel mundial 50 millones de personas viven con demencia, una
proyección para el 2030 indica que habría 82 millones de casos, y para el 2050
esta cifra se duplicará, lo que indicaría que los casos aumentarán
constantemente16. En EE. UU entre el 2000 y 2019 las muertes por EA
aumentaron en un 145%17.
Las primeras manifestaciones sintomatológicas de la
EA comprenden cambios conductuales inconscientes, pérdida de la memoria
respecto a información nueva, deterioro del lenguaje y del habla. Las
manifestaciones en estadios avanzados incluyen problemas de memoria episódica
anterógrada, alucinaciones, desorientación y pérdida de la autonomía de la
persona afectada15.
La EA se caracteriza, por presentar degeneración
neuronal selectiva, disminución de los procesos sinápticos y presencia de
lesiones a nivel cerebral específicamente, placas seniles o placas neuronales
de β-amiloide (AβP) a nivel extracelular y ovillos neurofibrilares formados por
proteínas Tau hiperfosforiladas a nivel intracelular15,18,19 (Figura
2).

Figura 2. Patología de la enfermedad de
Alzheimer
Fisiopatología
β-amiloide
El péptido β-amiloide es el principal
componente de las placas seniles extracelulares características de la EA, estas
se identifican en la corteza cerebral de pacientes con trastornos cognitivos y
conductuales progresivos20. El péptido β-amiloide posee un peso
molecular de 4 kDa y se encuentra a nivel cerebral, en personas con
alteraciones cerebrales se ha encontrado en concentraciones menores que, en
personas sanas21,22. La ruta que puede seguir este péptido al ser
secretado se divide en dos, ambas formas se dan intracelularmente; la primera
mediante el retículo endoplasmático, aparato de Golgi y endosomas; la segunda introduciéndose
en la célula, gracias a la proteína que se une al receptor de la lipoproteína
de baja densidad (LDL) 20.
El péptido β-amiloide es el producto
principal de la proteólisis de la proteína transmembrana precursora de amiloide
(PPA) cuya función exacta no está determinada, pero se supone que participa en
los procesos de adhesión celular20,21,23-25. La PPA es codificada
por un gen localizado en el cromosoma 21, este gen contiene 18 exones y genera
8 isoformas, las isoformas que se expresan a nivel neuronal y que contienen el
exón 15 poseen una mayor capacidad de producir y liberar péptido β-amiloide.
Estructuralmente la PPA posee dos dominios, estos difieren en su ubicación ya
que al ser la PPA una proteína transmembrana implica un segmento extracelular
denominado C-terminal y otro intracelular mucho más corto20,22,25,26.
La PPA después de haber sido sintetizada es
glicosilada y empaquetada, atraviesa el citoplasma y se inserta en la membrana
celular ubicada en los terminales axónicos y sinápticos22, esta
proteína puede ser proteolizada y se puede dar mediante dos vías muy
importantes que básicamente se diferencian en la generación o no de péptido
β-amiloide y en el lugar donde se llevan a cabo. La no amiloidogénica es la vía
mediante la cual no se genera péptido β-amiloide y en la que participa la
enzima α-secretasa y el complejo γ-secretasa, la otra vía es la amiloidogénica,
en esta sí se generan péptidos β-amiloide, se da intracelularmente después que
la PPA se haya internalizado en compartimentos endosomales que contienen a la
enzima β-secretasas y el complejo γ-secretasa20.22.24. El resultado
de la escisión de la PPA por estas últimas enzimas genera dos especies
diferentes del péptido β-amiloide, el βA40 y el βA42. Estas dos formas difieren
en cuanto al lugar de la escisión y su toxicidad, el βA42 es mucho más tóxico
que el βA40 y tiene la capacidad de generar con mayor facilidad las famosas
placas seniles, en sí, estos dos productos van a formar oligómeros, agregados y
placas20,21,25. Si este proceso se da de forma consecutiva las
células encargadas de la eliminación de péptido β-amiloide no van a poder
cumplir su función y esto es lo que conlleva a una acumulación de péptido
β-amiloide, lo cual puede generar un proceso inflamatorio que sumado al efecto
tóxico del dicho péptido lesionan las neuronas y posteriormente generan
déficits sinápticos y cognitivos21,25.
Proteína Tau
La proteína Tau es la principal proteína de
asociación a microtúbulos (PAM)27, es una fosfoproteína cerebral fundamental
que estructuralmente está compuesta por cuatro regiones que justifican su
función principal: Una región C-terminal, una región N – terminal ácida, una
región rica en prolina y por último cuatro dominios repetidos (R1-4), estas dos
últimas regiones se encuentran involucradas en la unión a los microtúbulos que
componen el citoesqueleto de las neuronas28,29. La proteína Tau es
codificada por un gen que se encuentra en el brazo largo del cromosoma 1727,
en el cerebro humano este gen puede dar origen a seis diferentes isoformas de
la proteína Tau, dentro de estas se tiene a la isoforma 3R Y 4R cuya proporción
varía dependiendo de la patología que se padece, en el caso de la EA es de 1:127,30.
La proteína Tau a nivel cerebral interactúa con los microtúbulos del axón
neuronal, aproximadamente el 80% de esta proteína se une a estas estructuras en
cada momento participando así de los procesos neuronales. El mecanismo mediante
el cual se da esta interacción sucede en un muy corto tiempo (40 ms), lo que
justifica por qué la proteína Tau no interrumpe el flujo en el proceso de
transporte axonal31,32.
La proteína Tau en situaciones no
patológicas se encuentra principalmente en los axones, aquí proporciona
estabilidad a los microtúbulos del citoesqueleto neuronal, contribuye con el
transporte de sustancia a través de las células y promueve el ensamblaje de los
microtúbulos21,27, en situaciones patológicas esta proteína puede
sufrir cambios, el mecanismo principal que contribuye con estas alteraciones es
la fosforilación y lo hace mediante la formación de agregados neurotóxicos que
se traducen en trastornos neurológicos denominados tauopatías, una de las más
comunes es la EA21,28,29.
La proteína Tau puede experimentar un gran
número de modificaciones postraduccionales, estas son cambios químicos que se
dan después de la síntesis ribosomal, momento que es esencial ya que constituye
el paso final de la síntesis proteica por tanto de la expresión génica. Estas
modificaciones pueden ser: fosforilación, acetilación, glicosilación,
ubiquitinación o truncamiento, siendo el primero uno de los más importantes ya
que se encuentra involucrado en la patogénesis de la EA, específicamente en la
generación de los famosos ovillos neurofibrilares intraneuronales
característicos de esta patología21,28,30.
En la EA la proteína Tau se encuentra
hiperfosforilada, esto hace que haya una agregación en forma de ovillos
neurofibrilares intraneuronales debido a que una hiperfosforilación disminuye
la afinidad de esta proteína por los microtúbulos, en este caso esta
disociación produciría una ruptura del citoesqueleto haciendo que su
estabilidad se desplome. Una consecuencia de esta disociación en experimentos
in vitro según Nizynski et al. sería que la proteína Tau hiperfosforilada se
una o coagregue con proteínas Tau normales29 lo cual reduciría el
número de estas proteínas y su disponibilidad para cumplir su función. La
agregación y coagregación conducen a una disfunción y posterior muerte
neuronal, diversos hallazgos muestran que el nivel de fosforilación de la
proteína Tau en personas con EA es de 3 a 4 veces mayor que personas sanas,
además de haberse encontrado cerca de un 40% del total de proteínas Tau
hiperfosforiladas en estos pacientes27,33.
Apolipoproteína E (ApoE)
La apolipoproteína E (ApoE) es una proteína
cuyo peso molecular es de 34 kDa34, está compuesta por 299
aminoácidos y es codificada por el gen apolipoproteína E (gApoE), el cual se
encuentra localizado en el brazo corto del cromosoma 1935.
La ApoE forma parte de los quilomicrones y
se le considera como una proteína de unión a lípidos, estructuralmente posee
dos dominios conectados mediante una unión en bisagra la cual es muy flexible;
mediante el dominio N-terminal la ApoE puede unirse a los receptores y por
medio del dominio C-terminal, a los lípidos21,25,33. El gApoE es el
encargado de codificar esta proteína y lo hace a través de tres isoformas en
seres humanos: la ApoE2, ApoE3 y ApoE4, los cuales se diferencian en distintos
aspectos, ya sea estructurales, funcionales o incluso por la participación que
pueden desempeñar en la patogénesis y epidemiología de la EA35,36.
La ApoE se expresa a nivel del tejido
cerebral, específicamente en las células gliales con un mayor predominio de
producción por parte de los astrocitos, son incluidos en las neuronas mediante
las lipoproteínas de baja densidad (LDL) donde se unen con los ovillos
neurofibrilares, los cuales son conglomerados proteicos característicos de los
pacientes con EA25,35,37.
Fisiológicamente la ApoE cumple diversas
funciones, dentro de estas se tiene que están implicadas en el transporte del
colesterol necesario para el funcionamiento neuronal normal y para reparar
lesiones cerebrales, lo cual hace a través de receptores ApoE ubicados en las
células diana a nivel plasmático y cerebral21,33,34,39. Una vez
dentro de las células diana y habiendo cumplido su función la ApoE se degrada o
recicla siendo devuelta a la superficie celular. La importancia de su función
radica en el uso que se le da al colesterol transportado por estas proteínas ya
que este forma parte de la vaina de mielina de las neuronas, a su vez es
fabricado también a nivel neuronal pero su producción disminuye con la edad de
la persona debido a que, una neurona madura va a producir menos colesterol33;
por tanto, será imprescindible la función que cumpla la ApoE en cuanto al
mantenimiento de la actividad neuronal y con mucha más razón en personas de
avanzada edad.
El transporte de colesterol a nivel
cerebral depende exclusivamente de la ApoE ya que existen otros transportadores
(ApoA1 y ApoB) con funciones limitadas a nivel plasmático y no a nivel cerebral34.
Las isoformas de la ApoE codificadas por el
gApoE se encuentran relacionadas con la EA, específicamente una de ellas,
ApoE4, está vinculada con la EA de inicio tardío. El gApoE posee tres alelos,
de ellos el alelo E2 (10%) es el menos frecuente, el más común es el E3 (70% -
80%) y el relacionado con la EA, el E4 en personas sanas constituye un 20% de
frecuencia en la población, pero en personas con EA se ha encontrado una
frecuencia similar a la del alelo E321,33,39. La diferencia a nivel estructural de las tres
isoformas es la composición de aminoácidos, cabe recalcar que la diferencia se
da en una o dos posiciones de la secuencia primaria y que a pesar de ser
relativamente insignificante un cambio en estas podría alterar el plegamiento
estructural de la ApoE haciendo que varíe su capacidad de unión a lípidos y
receptores33.
Todas las personas poseen dos alelos del
gApoE, cada uno heredado por uno de los progenitores, estos pueden ser iguales
(homocigotos) o diferentes (heterocigotos); de ambos grupos se ha estimado que
el 91% de los individuos homocigotos, específicamente del alelo E4,
desarrollarán EA en algún momento de su vida. Los no portadores del alelo E4
poseen menor riesgo de padecer EA que los portadores heterocigotos del alelo E4
(hasta 3 veces de menos riesgo) u homocigotos del alelo E4 (hasta 16 veces de
menos riesgo)37,40,41.
Se ha evidenciado que las personas portadoras
del alelo E4 poseen una plasticidad neuronal reducida, mielina alterada y poca
capacidad de reparación tisular cerebral ante lesiones, a su vez poseen una
edad de inicio más temprana de la EA41.
Fisiopatológicamente la ApoE tiene efectos
sobre la degradación y eliminación del péptido β-amiloide depositado39,
además sus isoformas reducen la plasticidad sináptica de manera dependiente de
las mismas. En el caso del alelo E4 se ha visto involucrado en la patogénesis
de la EA, debido a que regula el metabolismo, agregación y eliminación del
péptido β-amiloide (βA42), principalmente se ha encontrado que el alelo E4 está
relacionado con una mayor deposición y eliminación reducida del βA42, haciendo
que haya una mayor agregación de este péptido, mayor neurotoxicidad, lo cual es
muy característico de los individuos con EA33,39,42.
Neuroinflamación
Es una condición inflamatoria crónica del
cerebro por el desequilibrio entre los mediadores proantiinflamatorios43.
Además, este proceso se debe a la acumulación de microglía reactiva y
astrocitos, posiblemente alojados en los depósitos de la β-amiloide21.
La microglía y los astrocitos pueden estar
implicados en la neurodegeneración44,45. Las microglías son
fagocitos de las placas amiloides en el SNC que se activan en respuesta a la
acumulación de la β-amiloide, cambian a células ameboides, migran a las placas
amiloides y liberan mediadores inflamatorios, iniciando la fagocitosis de estas46,47.
Dependiendo de la etapa en la EA, cambia la función de la microglía, siendo en
primera instancia neuroprotectora, luego agrava la neuroinflamación que
conllevaría a una neurodegeneración44,48.
Los astrocitos son células gliales
especializadas implicadas en la producción de factores neurotróficos y en el
mantenimiento de la BHE. La activación prolongada conlleva a la disfunción
neuronal y pérdida celular45.
Asociación entre Enfermedad periodontal y
la enfermedad de Alzheimer.
Mecanismos
patógenos
Antes de
mencionar la patogenia de la EP, es importante recordar que la EA tiene tres
etapas: preclínica, asintomática, y prodrómica,
con síntomas de deterioro cognitivo leve; y demencia por EA.
La EP puede
afectar cada etapa de la patogenia de la EA, pero la altera a través de
mecanismos diferentes. En las primeras etapas de la EA, la EP influiría en
muchos procesos como: producción y aclaramiento de la β-amiloide, fosforilación
de la proteína Tau, sinapsis y funcionamiento neuronal, neurotransmisión y
respuestas inmunes. En etapas avanzadas, las cargas inflamatorias como las
bacterianas de la EP pueden influir más en estos procesos, pero también pueden
contribuir a daños irreversibles, como la neurodegeneración y la pérdida
neuronal. Entonces, la EP probablemente precede al inicio de la EA, por lo que
es posible que sea causal5, 48.
Barrera
hematoencefálica (BHE)
La BHE protege
el cerebro, donde la mayoría de las veces se vuelve más permeable con la edad.
Estas complicaciones inician en el hipocampo, un importante centro del
aprendizaje y la memoria que está dañado en la EA por patógenos y factores
ambientales no patógenos49,50.
En la EA existen
síntomas clínicos como la pérdida de memoria y de funciones cognitivas; y
eventos biológicos. Sin embargo, los eventos biológicos preceden a los síntomas
clínicos, incluida la formación de la placa β-amiloide, neuroinflamación y
formación de la proteína Tau21,49.
Las placas
β-amiloides que se forman en el cerebro pueden inducir una respuesta
inflamatoria local impulsada principalmente por células microgliales, que
proliferan y liberan mediadores inflamatorios que pueden dañar las neuronas,
las conexiones entre las neuronas y la BHE. Además, su salida se da a través de
esta última y del líquido de las vías linfáticas. Esta respuesta inflamatoria,
unido a la microbiota, que puede penetrar la BHE, pueden inducir a la
fosforilación y la escisión de las proteínas Tau49.
Del mismo modo,
las moléculas bacterianas inflamatorias pueden acceder al cerebro a través de diferentes
rutas. Pueden ingresar al cerebro donde la BHE es permeable (órganos
periventriculares), a través de: capilares fenestrados de la BHE, uso de
transportadores específicos, rutas de salida de líquido cefalorraquídeo (LCR) y
por aumento en la permeabilidad de la BHE5.
Mecanismos
biológicos
Patógenos
periodontales y productos patógenos
La EP como
enfermedad inflamatoria crónica, podría tener una repercusión sistémica
mediante diversos mecanismos de tipo infecciosos mediados por un grupo de
microorganismos periodontales causando inflamación, dando lugar a daños
cardiovasculares como cerebrales. Existe un mecanismo directo por donde la
periodontitis puede conllevar a la demencia, en este mecanismo se han
encontrado bacterias periodontopatógenas como Aggregatibacter
actinomycetemcomitans, Porphyromonas gingivalis (inhiben la fagocitosis,
expandiendo la respuesta inflamatoria crónica en la vasculatura), Tannerella
forsythia, Fusobacterium nucleatum y Prevotella intermedia en tejidos
cerebrales, han demostrado que tienen capacidad de invadir los tejidos
cerebrales21,51.
Las especies de
treponema oral como la Treponema denticola son encontradas en mayor cantidad en
cerebros afectados por la EA. Treponema denticola y Porphyromonas gingivalis se
encontraron de igual forma en cerebros humanos con EA pero post mortem a corto
plazo, lo que podría indicar que los factores de virulencia de los patógenos
mencionados tendrían un posible papel en el desarrollo de la inflamación
cerebral y EA51.
Mediadores
inflamatorios (IL 1, IL 6, TNFα)
En la patogenia
de la EA están implicados los mecanismos inflamatorios, de forma que la
inflamación y la participación de citocinas podrían ser un factor en la génesis
de la EA, la inflamación es considerada un vínculo entre la periodontitis y la
EA. La presencia de células gliales activadas produce un nivel significativo de
proteínas inflamatorias convirtiéndose en lo más resaltante de la EA51.
La proteína Tau
hiperfosforilada estimula las células gliales e inicia una neuroinflamación al
producir citocinas proinflamatorias como la IL-6, TNF-α y otros factores
inflamatorios como la proteína C reactiva, desencadenando una
neurodegeneración. Tanto la IL - 1β y TNF-α podrían contribuir a la
neuroinflamación51,52.
Estudios han encontrado un aumento de citocinas proinflamatorias en
pacientes ancianos con EA y periodontitis51.
Además, las
células T promueven la liberación de varias citocinas y mediadores
inflamatorios, donde se incluye al TNF-α e interleucinas. Estos mediadores
inflamatorios, son respuesta a la infección por patógenos periodontales. Así
también, las células epiteliales gingivales y los fibroblastos liberan otras
citocinas y mediadores como IL-1, IL-6, TNF-α y prostaglandina E2 (PGE2)21.
Cambios
vasculares
Actualmente
existen estudios que detallan el gran interés de conocer la posible correlación
entre enfermedad cardiovascular y periodontal, ya que el impacto de la
infección oral en las enfermedades cardiovasculares no está esclarecido aún. Un
epitelio subgingival inflamado y ulcerado en la periodontitis puede permitir la
entrada de bacterias subgingivales y/o componentes bacterianos al torrente
sanguíneo, lo que conduce al aumento y riesgo de la enfermedad cardiovascular51.
Estudios de casos y controles sobre la
asociación entre la enfermedad periodontal y Alzheimer
En la tabla 1 se
muestran siete estudios de casos-controles de mayor relevancia publicados sobre
la asociación entre la EP y la EA. La interpretación de los resultados se
encuentra limitada por la falta de consenso para definir la EP, establecer la
diferencia entre demencia y la EA, clasificar los trastornos neurológicos y la
selección de los pacientes. En los estudios evaluados existen multitud de
definiciones de EP y de la EA, lo cual en ciertos casos podría dificultar la
comparación de los resultados. El diagnóstico de EP se da mediante la
evaluación clínica de ciertos parámetros periodontales utilizados en estos
estudios, tales como la profundidad al sondaje (PAS), el nivel de inserción
clínica (NIC), la presencia de sangrado al sondaje (SAS) el índice de placa
(IP), la movilidad dental (MD) o pérdida ósea marginal (PO), estos dos últimos
como métodos diagnósticos complementarios. Sin embargo, hay publicaciones que
si bien utilizan alguno de estos parámetros clínicos al momento de registrarlos
lo hacen en diferentes unidades, ya sea media o porcentaje.

Tabla
1. Estudios de casos y controles que evalúan la asociación entre la enfermedad
periodontal y la enfermedad de Alzheimer.
CONCLUSIONES
Tras una revisión de la literatura actual, los
estudios demostraron que los individuos con deterioro cognitivo y con otros
tipos de demencia tenían un aumento de los parámetros clínicos de la enfermedad
periodontal. De esta manera se considera la posible relación entre la EP y la
EA, como resultado de la alta incidencia de bacterias periodontopatógenas
causantes de un estado inflamatorio crónico que podría desarrollar otras
enfermedades sistémicas como: diabetes, cáncer gástrico, periodontitis,
enfermedades coronarias, entre otras. Esto agrava el estado de las células del
SNC disminuyendo la sinapsis interneuronal característico en una demencia
temprana. Al no eliminar el factor causal de la inflamación seguirá agravándose
hasta causar un estado de deterioro cognitivo mayor conocido como la EA. Se
estima que hacia el 2050 más de 13 millones de personas padecerán de la EA en
el mundo, esto significa que el índice de mortalidad por esta afección se
elevará. Por tanto, se requieren más que
avalen la relación bidireccional entre la EP y la EA, especialmente de casos y
controles como de cohortes ante la imposibilidad de realizar ensayos clínicos
debido a consideraciones éticas. Además, se invoca a los profesionales de salud
tener en cuenta esta asociación e involucrarse cada vez más en el cuidado
preventivo de la salud bucal.
Contribución
de autoría: Conceptualización,
A.T.G-V., S.R.V-Ch., M.A-Z., G.A.F-Q. y M.A.M-V.; metodología, M.A.M-V.;
investigación, A.T.G-V., S.R.V-Ch., M.A-Z., G.A.F-Q.; recursos, A.T.G-V.,
S.R.V-Ch., M.A-Z., G.A.F-Q.; redacción—preparación del borrador original,
A.T.G-V., S.R.V-Ch., M.A-Z., G.A.F-Q., D.R-P. y M.A.M-V.; redacción—revisión y
edición, A.T.G-V., S.R.V-Ch., M.A-Z., G.A.F-Q., D.R-P. y M.A.M-V.; supervisión,
M.A.M-V.; administración del proyecto, A.T.G-V. Todos los autores han leído y
aceptado la versión publicada del manuscrito.
Financiamiento: Esta investigación no recibió
financiación externa.
Conflicto de intereses: Los autores declaran no tener conflicto
de intereses.
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Received: 28 September 2023/
Accepted: 15 November 2023 / Published:15 December 2023
Citation. García-Vásquez AT, Vidal-Chávez S R,
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